NAHUEL
Un día soleado, en el pueblo Mapuche, nació
una chica llamada Katia. Tenía los ojos verdes, era morocha, y la única chica
que tenía el cabello marrón claro.
El día que cumplió 10 años el papá le armó un arco, y le dio flechas, porque a ella le gustaba cazar. Todas las noches, salía
a cazar con su padre y su tío. El padre se llamaba Rayen y el tío Nahuel.
Los familiares iban a darle de comer a sus
caballos, le daban vegetales de su cosecha de maíz, zanahoria, manzana, y muchas
cosas más.
Cuando volvían a la tribu escucharon un grito. Fueron corriendo, y vieron que le habían dado un flechazo al tío. Habían sido los de las otras tribus. Lo llevaron a la carpa y él dijo: –Déjenme morir...y lo llevaron donde a el más le gustaba, el Valle De Limarí.
Ataron 4 maderas y lo pusieron a Nahuel y se despidieron. Ese día había estado nublado, y al dejar ir al tío se puso el día brillante e iluminado y en el cielo apareció la imagen del tío Nahuel, que se transformó en una esfera radiante.
Cuando volvían a la tribu escucharon un grito. Fueron corriendo, y vieron que le habían dado un flechazo al tío. Habían sido los de las otras tribus. Lo llevaron a la carpa y él dijo: –Déjenme morir...y lo llevaron donde a el más le gustaba, el Valle De Limarí.
Ataron 4 maderas y lo pusieron a Nahuel y se despidieron. Ese día había estado nublado, y al dejar ir al tío se puso el día brillante e iluminado y en el cielo apareció la imagen del tío Nahuel, que se transformó en una esfera radiante.
Seis años después las dos tribus se unieron
pero nunca se olvidaron de la muerte de Nahuel. Un día se reunieron para hablar
sobre el casamiento de Katia y el chico Huapi de la otra tribu. Hicieron un ritual
y como regalo de casados le construyeron una casa. Cuando tuvieron un hijo lo llamaron Nahuel para recordar al tío. Como el tío
Nahuel está feliz siempre brilla desde el cielo e ilumina
la tierra con sus rayos.
Autoras: Agustina Magali Solis, Estefanny Diana Vera,
Kristell Velasque Casachagua y Lorena Yael Tolaba.